jueves, 15 de abril de 2010

Protagonistas del trópico

El ruido y el tráfico en Caracas eran los acostumbrados para un lunes a las doce del mediodía. Estaba en una esquina frente a la Plaza Brión de Chacaito. Me disponía a cruzar la calle y pude escuchar claramente lo que decía a través de su teléfono celular. Era una mujer muy joven, quizás no pasaba los veinte años. Vestía unos jeans ajustados que le daban forma a un cuerpo de proporciones tropicales. “Estoy preñada, y tu bien sabes que ese hijo es tuyo, date por enterado”. Eso fue lo último que escuche, hasta que se me perdió de vista en medio de la multitud de rostros que iban y venían. Me quede pensando sobre el destino de esa mujer. Hasta caí en cuenta sobre el papel protagónico que tenia el celular en un evento que pudiera ser de tanta trascendencia para ella.
Ya en el ascensor del edificio al cual me dirigía, me encontré con otras dos mujeres. Una de ellas casi anciana, vestía una falda negra muy desgastada y una blusa de color blanco añejado por el tiempo. Sus manos resecas y manchadas parecían ser las de una mujer que le tocó trabajar muy duro. Sus piernas varicosas lucían hinchadas y maltratadas. La otra era una de las encargadas de limpieza del edificio. Una mujer gorda pero bien arreglada. Con una sonrisa franca que dejaba a la vista una dentadura incompleta.
“Tengo dos pelotas bajo el brazo” le decía la anciana, “aún no se si son malas o buenas. No puedo tomar reposo, ahora en la casa hay otra boca más, Carmen parió una niña y la pobre esta sin trabajo. Los dolores no me dejan levantar bien el brazo” El ascensor paró en el piso cinco y las dos mujeres se despidieron. “Pobre mujer, me dijo la encargada de limpieza, La entiendo perfectamente. A mi me toco criar cinco muchachos yo sola, tres míos y dos de mi hermana menor. No es fácil y mucho menos en esta situación, pero que se puede hacer”
El ascensor ya estaba en el piso doce y me tenía que bajar. En ese breve instante, mientras caminaba por el pasillo que me conducía para la oficina pensaba en el destino incierto y vinculante de las protagonistas de esta historia.

1 comentario:

  1. Esperanza Castañeda17 de abril de 2010, 5:17

    Luisi, introduces a tus lectores en la historia... siento que estuve allí. La realidad se impone, que bárbaro! Qué será de ellas?

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