martes, 20 de abril de 2010

LETRAS VIRTUALES

Su mente estaba preparada para una actuación más. Su fantasía lo transportaría a una realidad que se hacia cada día mas lejana. Esta noche se conectaría de nuevo con esa abstracción cercana a eso que soñaba ser. Ya estaba nuevamente en posición, su mente estaba lista, sus manos se conducían solas.
Allí estaba el listado infinito de nombres, de seudónimos, de símbolos, de palabras contenidas. El esperaba solo por esas seis letras que no aparecian, que evocaban un nombre inexistente. Tenía varias noches sin verlas, pero el insistía. Coincidir con ellas era su oportunidad para seguir el cuento. La posibilidad de continuar con esa historia donde era pleno, desarrollado, pero por sobre todas las cosas era deseado. El afuera no le permitía mostrar ese lado de su adentro que era invisible e inexistente en su contexto diario. Aquí la realidad era otra, pero pasaban las horas y no aparecía.
Su refugio lo mantenía atado a la impotencia. Ese espacio donde se sentía protegido se convertía en un enemigo presente. Su mente no descansaba, y parecía no haber salida. Definitivamente esas letras contenían en su expresión una realidad excitante, explosiva, inteligente, sobrecogedora. Eran los sonidos callados de un dialogo mágico y morbosamente creativo. Esas seis letras llevaban consigo horas de delirio, horas de fascinación, de placer sexual y una parte de esa felicidad temporal creada en lo mas intimo de su ser.
Fue tan sencillo crear esa edad complaciente, esa estatura respetable, ese físico perfecto; y más aun ese título codiciado acompañado de un mundo material apetecible. Era una carrera de palabras que mientras mejor armadas estuvieran mas convencerían la mentira de un adentro complejamente diferente.
Esta vez sentía que había otra cosa, no importaban las mentiras de sus cuentos. Importaba la verdad del deseo, la autenticidad del sentimiento y la oportunidad de confrontar el destino ante una desnudez que era necesaria reinventar. Ahora que podía reconocer esa realidad, ya no estaba, ni siquiera sabría si estaría de nuevo. Era un peligro que siempre estuvo latente, era el universo virtual que se manifestaba.
Ya es muy tarde en ese mundo de la fantasía que no conoce de tiempo. Quizás algún día aparezca de nuevo ese símbolo contenido en seis letras. El Chat de esa noche acabo. El sueño se traslado al inconsciente. Ahora toca dormir en la entrega de una ilusión que pareciera ser también obligadamente incierta.

1 comentario:

  1. Esperanza Castañeda27 de abril de 2010, 13:39

    Muero por saber cuáles son esas seis letras... que provocan esa sensación desbordada de ilusiones

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