miércoles, 30 de junio de 2010

Una historia por escribir

Un gran amor había terminado, el ego incontrolado era culpable. Alberto quiere desarrollar esa historia para su próxima novela. Tiene un interés especial en ella porque conoce a los protagonistas muy de cerca y maneja la información necesaria para poder contarla. Le cuesta entender como algo tan ajeno al amor pudo ser culpable de aquella destrucción. No tenía autorización para identificar a los personajes, debía ser muy cuidadoso en ese sentido.
Alberto es un escritor de una gran sensibilidad, su historia amorosa había sido intensa y llena de experiencias, eso le permitiría dar fuerza vivencial al contenido de su obra. Tenía la necesidad de llegar al fondo de la naturaleza de los personajes para justificar un final que no le era creíble en la lógica de sus emociones. Necesitaba indagar sobre el significado que los protagonistas tenían sobre el amor y como se manejaron en ese sentido. Tenía que entender cómo funciona una lucha de poderes vinculada al amor, esa que se genera producto del orgullo y que logra ser tan poderosa. Sus protagonistas, según lo que justificaron, fueron victimas de ese mal y no supieron manejarlo. Alberto necesitaba entender eso para poder plasmarlo en su historia.
Después de tanto pensar, se dispuso a escribir. Tenía muchas cosas que contar. Era una historia rica en vivencias, no quería dejar nada por fuera, Mientras más escribía más se conectaba con un amor maduro, especial, rico en detalles, pleno de respeto, de fidelidad y sumido en un equilibrio que vinculaba sentimiento, espíritu y carne en un compartir de perfecta armonía . Fue en ese momento que Alberto entro en la duda si realmente esa pareja de amantes tenían conciencia del tesoro que habían construido. Como entender la naturaleza destructiva y ciega de sus personajes. Fue allí cuando decidió no dar por terminada la historia en los términos reales. Entro en el dilema de las subjetividades del escritor, si había cambiado la identidad de los personajes porqué no cambiar el final.
Ya van muchos capítulos escritos, Alberto aún no sabe como terminar la historia. De lo único que ahora parece estar seguro es que se siente participe de ella. Quizás nunca la termine.

sábado, 26 de junio de 2010

DOÑA BLANCA

Doña Blanca, la dueña de la casa que visitaba, estaba sentada frente a la pared de los recuerdos. Un sin fin de imágenes colgadas recorrían 96 años de la historia de su vida. Al acercarme a ella, una dulce sonrisa brotó de aquel rostro donde muchas líneas dibujadas por el tiempo parecían cobrar vida. Vestía de Blanco y en su cuello un chal rojo destacaba sutil y elegantemente una pródiga feminidad que parecía estar congelada en el tiempo. Tenía los labios pintados en un suave tono carmesí, su cabello plateado estaba muy bien peinado. En un sutil gesto, sus manos delicadamente tomaron las mías y con un calido saludo acompañado de un beso, me daba la más cordial de las bienvenidas. Me pidió que me sentara en un sillón que estaba frente a ella.
No habían pasado cinco minutos, cuando entramos en confianza para recorrer los caminos de esa larga historia que ella tuvo a bien compartir conmigo. Era nuestro primer encuentro, pero sentía que la conocía de siempre. Mi abuela también se llamaba Blanca.
En una pequeña mesa que estaba justo al lado del sillón, en el medio de las dos sillas, una imagen destacaba por encima de todas las demás. Era la foto en blanco y negro de un apuesto hombre, enmarcada en una montura antigua. Ella dirigió su mirada hacia mí y me dijo:
“fueron cincuenta y siete años de matrimonio. Mi primer y único hombre, el padre de mis cuatro hijos”. Mientras me lo decía, su rostro sonreído parecía ser reflejo de un viaje a través de sus pensamientos. “nos conocimos en la fiesta de un club, vivíamos en Carúpano. Yo tenía diez y ocho años, pensaba que me quedaría solterona, ya todas las amigas de mi edad tenían novio en compromiso”.
“Me habían hablado de él y cuando entró al salón inmediatamente lo identifiqué, era el hombre más apuesto que había visto. Yo pensaba que no me gustaban los hombres, pero al verlo entendí que lo estaba esperando. El baile había comenzado y en mi libreta se había llenado el cupo de participantes para las piezas de la noche. Yo era una mujer hermosa, tenia muchos pretendientes, pero ninguno me gustaba. Un amigo de él, que estaba anotado en la libreta, le cedió su turno. Desde ese primer baile, nos enamoramos eternamente”.
Mientras me contaba esa historia recorría con la mirada una a una las imágenes de aquella pared. Las fotos de su juventud, de su boda, las de sus hijos, las de sus nietos y bisnietos.
“Poco después de conocernos nos comprometimos, pero por motivos de trabajo tuvo que irse de viaje. Me escribía unos telegramas que perfumaban ese amor día a día. Los escribía a maquina, yo le pedí que lo hiciera a mano, era la única manera de poder verlo a través de sus cartas”.
“El día que nos conocimos, yo tenía un traje blanco, y en la parte alta del cuello llevaba un lazo rojo que él nunca olvido, nuestro primer beso fue con la mirada”.
Poco a poco, fue relatándome la historia de cómo evolucionó aquel gran amor. De cómo los detalles y el compromiso fueron las claves para soportar todas las dificultades que se le presentaron. Era una historia aleccionadora y que pese al tiempo se mantenía vigente en su esencia como lección de vida.
Cuando estaba completamente embebido en ese cuento, me llamaron y tuve que interrumpir ese mágico momento. Me levante y le pedí me diera la oportunidad de saber mas de ella. Que necesitaba el tiempo suficiente para escuchar esos pasajes de su vida y que si no le importaría me gustaría compartirlos a través de mis letras. Ella me miró directamente a los ojos y me dijo “acá lo espero cuando usted guste, el amor hay que compartirlo, es lo único que realmente nos puede mantener vivos”.

viernes, 25 de junio de 2010

Carta a mis lectores

Hoy decidí nuevamente retomar mi arte creativo a través de la escritura. El arte nos libera, como sabiamente lo dice nuestra guía y maestra Milagros Socorro, en el curso al que asisto. En este momento necesito conectarme con ese significado liberador que me ayude a soltar todas esas ataduras de mí adentro a través del verbo. Quiero disculparme porque tengo conciencia que asumí un compromiso con mis lectores y conmigo mismo de ir sumando en este espacio de creación día a día y sé que me perdí en el foco de las acciones.
Muchas cosas me están pasando que influyen en ese ocultamiento. Una de ellas esta vinculada al hecho de mis propias exigencias. La experiencia de aprendizaje en el Taller de Creación al que asisto me ha resultado confrontadora pero el resultado que esta dando en mí, es altamente gratificante. Necesito tiempo para entender significados y sobretodo para desprender frutos que sean vinculantes a todo el conocimiento que estoy recibiendo. Quiero decir que el aporte del curso va más allá de la teoría, se adentra en la subjetividad del sentimiento y la pasión que surge del arte por si mismo.
Tengo muchas historias que contar y quiero contarlas, No hay excusas para un silencio. Me gustaria mostrar un trabajo que contenga mi alma y mi sentimiento expreso en cada texto. Necesito decir con palabras eso de lo que me nutro con acciones en el día a día y de esas experiencias que aunque no me pertenezcan, el universo me las regala para poder compartirlas.
Hoy pensaba que es muy cierto eso que se dice que de las dificultades tiene que salir algo bueno. Estos tiempos para mí están llenos de dificultades, quiero aprovecharlo para sacar la sustancia de lo positivo. Necesito saber que puedo sacar de ellos y concentrarlo en la expresión de mi arte.
Me comprometo nuevamente a compartir ese trabajo con la firme idea de buscar la excelencia. Espero que este espacio se siga alimentando con la presencia de más lectores y que las respuestas en positivo siempre sumen en esa búsqueda de hacer espejos vinculantes.

viernes, 4 de junio de 2010

Una Carta de Amor


Estoy con deseos de conectarme con ese lado romántico y quizás hasta cursi de mi vida. Pienso que nunca podré evitarlo y a través de la escritura han sido muchos lo momentos que han encontrado asidero en esta herramienta de expresión. Hace algún tiempo envié para un concurso llamado “Cartas de amor” un escrito que me gustaría poder compartir en el blog. A lo mejor ahora lo contaría de manera distinta, quise rescatarlo tal cual lo escribí; en su momento tuvo mucho significado para mí, hoy en especial también lo tiene. Espero lo disfruten.


Hola… quizás esta carta no tenga mucho sentido; pero es una manera de sentirme más compenetrado con eso que me generas. Sé que nunca tendré una respuesta de retorno, pero aún así estoy dispuesto a decirte desde mí adentro todo esto que significas para mí.
A veces me pregunto cómo verdaderamente llegaste a mi vida y te convertirte en ese motor que nutre de energía todo mi ser. Sí muchas veces me pregunto en qué momento me hiciste participe de tu magia, de tu dependencia, de todo eso que me generas y que ni siquiera con palabras logro definir. Siento que estás conmigo desde el mismo momento que atravesé ese túnel de luz cegadora que me puso en contacto con la vida en este mundo de realidades. En ese instante vestías con un traje diferente al que acostumbras ahora, era un traje maternal, muy ajeno al de esa pasión y esa sexualidad que desbordas en esta parte de mi vida. Aún así siempre pienso que esa ha sido tu aparición más contundente e inalterable.
Nuestros primeros contactos fueron de un color suave, de tonos pasteles muy vinculados a mi origen y a mí sangre. De manera sutil, eso me permitió dar los primeros pasos sintiéndome pleno, seguro, protegido y sobretodo me hizo conocerte desde una perspectiva ingenua, poco contaminada. Es cuando recurro a esos momentos cuando logro distinguir la manera en que puedes tener tantos matices y tantos colores. Es cuando también logro darme cuenta cómo puedes tener la versatilidad de generar tantas alegrías y sonrisas pero a la vez también puedes transformarte en tanto dolor.
Aún, pese a los años, recuerdo aquél día que apareciste para dar inicio a eso que vinculó cuerpo, alma, espíritu y corazón y que le dio una dimensión muy distinta y desconocida a mi sentir por ti. Fue en aquel lugar secreto, en medio de una noche anticipada, sobre el vaivén sensual de un chinchorro. Fue tan fácil permitir amarnos, solo importaba descubrirnos en las mas desnudas de las intimidades y ofrecernos ser alegría en el existir de nuestras vidas. Hasta una melodía de moda para ese momento hicimos nuestra y como decía parte de su letra le dimos a la luna de que hablar. Fue una noche maravillosa y permaneciste allí muchos años, años inolvidables, años de un matiz puro, fiel y muy espontáneo; para luego sentir que te perdí. Sí te saliste de mi vida, te transformaste y no me di cuenta del porque. Allí conocí tu primera cara triste.
Paso un buen tiempo para sentir que estabas de nuevo, fue un tiempo de muchas vueltas donde los tropiezos estaban presentes de manera constante. Apareciste con un traje demoniaco esta vez, cargado de sexo y de mucha pasión. El tiempo fue breve, pero no por eso dejo de ser intenso, tanto como el dolor que genero tu nueva partida. Tu rostro estaba en otros rostros tu cuerpo y tu aroma en otros cuerpos pero era solo parte de esa fantasía mental que solo podía llamarse obsesión. Más tarde me di cuenta que solo llegaste a invadir mi tranquilidad y como solían decir mis querencias eras solo una imagen magnificada cumpliendo con esa premisa de que tu sueles cegar
Siguió pasando el tiempo, tiempo de descubrimientos. Una noche apareciste de nuevo, tu traje era de alegría, tu carta de presentación una sonrisa. Le pusiste música a mi vida, le diste sabor a mi existir, pero por sobre todas las cosas me impulsaste para despegar el vuelo hacia mi verdadera autonomía. Nuevamente fueron años de un compartir donde la convivencia era la clave de nuestro crecimiento. Esta vez me sentí más maduro, más consciente. Quizás el destino, quizás una realidad que nos rodeaba, pero nuevamente me vi sin ti en la más compleja de las situaciones. Fue una despedida donde mi vida parecía partir junto contigo. Qué manera de adueñarte de mis pensamientos tienes, es como si me mantuvieras en un estado de compleja inconsciencia y de constante vulnerabilidad.
Tu nueva entrada no tardo mucho hacerse presente, esta vez llegaste para darme ilusión y sobretodo la sensación de sentirte como fuente de inspiración y aprendizaje. Qué manera más hermosa tuviste de seducir mi querencia. Qué manera más sutil tuviste de hacerme sentir el ser más importante para ti en ese momento. Qué manera de generar dependencia de ti, pero sobretodo que manera también de sentir perder mi esencia, quizás logrando con eso que se perdiera también tu interés en mi. Tu nueva partida inesperada y sobretodo cargada de misterio fue dolorosa y termino en un cuadro que amerito ayuda profesional. Me hiciste mucho daño esta vez, pero también me permitiste madurar y reencontrarme de nuevo a mi mismo en un encuentro de dimensiones verdaderamente trascendentes.
Ahora estas de nuevo, que manera tan inesperada y diferente tuviste de llegar. Sabes siento mucha realidad en este encuentro, mucha plenitud, crecimiento, pero por encima de todo siento mucha paz, mucha libertad y mucho contacto con mi verdadera esencia. Ojala puedas quedarte el tiempo preciso, ese tiempo que no conoce de agotamiento, que no conoce de engaños a nosotros mismos; ese tiempo que sólo conoce y se contacta con esa energía mágica del sentir que lo genero; ese tiempo que guarda una completa concordancia con el afuera y con el adentro de eso que somos.
Sería muy injusto no decirte también que has tenido una manifestación a lo largo de mi vida representada en un sin número de seres que día a día le dan color a mi vida. Quizás es tu presencia más pura, no conoce de pasión carnal. Pero si conoce de pasión emocional de fidelidad a toda prueba…. Por eso te vuelvo a repetir que maravillosa manera tienes de colorear mi vida….
Ahora que creo tener un poco de dominio de de tu mágico misterio quiero dedicarte esta carta… a ti, el sentir más irreverente y complejo de mi existir…. A ti, eso que llamamos amor….
De tu mas eterno enamorado…….

LUIS ALBERTO QUINTERO