sábado, 10 de julio de 2010

LLUVIA SANADORA

Desde lo más profundo de su ser salía un llanto contenido en meses. Era una lluvia que presagiaba todo el dolor de un adentro en solitario. En cada gota había sentimiento, una a una formaban un torrente cristalino que calmaba y limpiaba el espíritu de un cuerpo desencontrado. Tenía muchas horas sin dormir, la escritura era una herramienta perfecta para expresar todo su sentir pero aun así no era suficiente. El cuerpo necesitaba drenar en la más básica de sus expresiones.
Sus pensamientos eran de una repetición castigadora. Era imposible no vivir el duelo de aquella ruptura. Era inevitable evitar contactar el significado de una nueva perdida. Una separación más para la lista de despedidas. Una nueva entidad que pasaría a formar parte de una familia atípica en su esencia y en su origen. Alguien más a quien transformar en el significado de su querencia. Un ideal que perdió sentido en el dominio de las pertenencias . Una verdad antigua que se convertía en la mentira de un presente.
No existe otra alternativa que el tiempo, y el lo sabe. Pero ese tiempo ahora parece no existir, el presente quiere exterminar y magnificar todo a su paso. Afuera comenzó a llover muy fuerte, todo se puso nublado, impreciso y frío. No distinguía bien las formas, solo habían siluetas que cobraban realidad en su pensamiento a través del recuerdo. Concentrado en ese paisaje sintió que su llanto se había extendido en ese mensaje que la naturaleza le estaba regalando. El sabe que pronto cesará la lluvia y el paisaje lucirá distinto, despejado, luminoso, renovado y sobretodo dueño de si mismo. Es preciso esperar a que escampe, la lluvia era necesaria, la lluvia era sanadora.