viernes, 12 de noviembre de 2010

Tercera Escena: Amantes, preámbulo.

Frente a mi, su cuerpo desnudo superó la fantasía de la imaginación. Horas antes, mis ojos intentaron traspasar morbosamente un ropaje ahora inexistente. Esta imagen de proporciones perfectas se convertía en una realidad que minimizaba cualquier anticipación en la creatividad de mis pensamientos. El deseo de volcarme en la más calida y ardiente de las entregas apenas estaba por comenzar.

Las velas regalaban un brillo ámbar a nuestra desnudez comparable al de dos diamantes reflejados frente a la luna. Una melodía suave envolvía la habitación y animaba los movimientos que explotarían en sensualidades y ritmos del adentro. Un incienso que se consumía se convertía en el preludio para motivar el olfato en el experimento de los más sutiles e intensos olores corporales. Mi paladar tenía presente el néctar de unas uvas con suficiente cuerpo para preparar mis sentidos gustativos en el preámbulo del mayor de los gozos para una fiesta de sabores

Mi boca no sabía por donde iniciar la exploración de aquel cuerpo que yacía de espaldas en la cama y que palpitaba vibrante a la espera de un masaje sin fronteras. Toque sus pies con mi lengua, uno a uno de sus dedos fueron traspasando el umbral de mis labios. Los jadeos de excitación salían en un murmullo in crescendo. Las ondas de sus fundamentos sintieron la suavidad de mis dientes y la piel tersa y firme de sus muslos y espalda se erizaba cobrando vida propia. Mis manos se fundían milímetro a milímetro en aquel descubrimiento y mi lengua seguía un camino ascendente con paréntesis de concentración que se hacían inevitables.

Las hendiduras de sus entrepiernas aparecieron como una parada obligada en ese viaje de placer. En ese camino hacia el norte se presentaron frente a mis ojos unas formas montañosas regias, firmes, donde mi nariz y mi boca se adentraron y perdieron su identidad. Solo había disfrute en esa penetración. Mi lengua traspasaba el límite de lo externo. Mis manos y mi habla sentían temperaturas cambiantes, fluidos nacientes, en un andar que traspasaba el afuera para convertirse en un unísono con el adentro.

Por momentos cerraba los ojos, el dar placer se me convertía en una experiencia de satisfacción inexplicable. El silencio de la oscuridad me contactaba con la correspondencia a ese dar cobrando más vida y sentido desde mí adentro. También sentía un deseo infinito de que mis ojos fotografiaran cada centímetro de ese paisaje magistralmente salvaje y espectacular donde yo me sentía el único dueño.

La sensación de cabalgar en un baile de sensualidad sobre aquel panorama me hacia un ser infinito. La sangre se apoderaba con la fuerza de una tormenta en la dureza de mi masculinidad llevándola al límite de su expresión . Hice un arco desde la punta de una mano pasando por su espalda hasta la punta de otra mano donde esparcí en un suave goteo una crema fría y blanca que contrastaba con aquella piel calida y luminosa. Uno a uno los dedos de sus manos conocieron el calor de mi boca y en el mismo movimiento ascendente ya me encontraba en su cuello que se me hacia sensualmente atractivo. Mis manos se adentraban en una cabellera frondosa mientras mi boca exploraba sus orejas y le manifestaba murmullos al oido con los más atrevidos contenidos solo posibles en ese momento.

Mi boca estaba desesperada por encontrar su boca. Sus labios carnosos y encendidos me invitaron a entrar, el intercambio de fluidos era interminable. Mi saliva se convertiría en una extensión de la suya, su sabor era perfecto. Sentía la gloria de quien está próximo al más grande de los placeres. Nuestros cuerpos se fundieron en un abrazo tan profundamente fuerte que nos convertimos en una sola masa.

Apenas comenzaba el disfrute, solo me había permitido iniciar una parte de la historia. La noche era larga y la música de nuestros cuerpos había logrado calentarse para el más sublime y apasionado de los bailes.

13 comentarios:

  1. A ver...es un texto realmente erótico, sin tapujos, sin tabú, escrito con mucha honestidad, desde la verdad. Las imágenes descriptivas per se, nos conducen a sentir esas palpitaciones de lo carnal y de la exhaltación del espíritu a través de lo físico. Indudablemente es un atrevimiento literario magnifico. Que seguramente desatará muchas cosas. No te preocupes si no recibes muchos comentarios, ya sabes que vivimos en una sociedad de Tabú incrustrada.

    ResponderEliminar
  2. La imagen de "las velas regalaban un brillo ámbar a nuestra desnudez" me parece hermosísima...poética. Es una de las frases más bellas que he leído en mi vida.

    ResponderEliminar
  3. Me encantó eso de “la música de nuestros cuerpos”, La mejor descripción de lo sublime dentro de esa vorágine de deseo que describes. Estructura lo sutil de tu estilo. Tu relato es inflexible no por la temática, sino por lo resuelto, pero es atractivo y osado, nos proyecta las cosas como son, sin intermedios y así entiendo lo quieres transmitir, Me gustan las cosas escritas con coraje y siento que lo logras sin llegar a ser sexualmente agresivo. No hay nada mejor que una explosión controlada, genera grandes resultados. Me recuerda a la narrativa de Harold Robbins en su obra “Los sueños mueren primero”. Aplaudo tu liberación sexual, es un vasto imperio. Espero nos cuentes el inicio. Luis Franceschi..

    ResponderEliminar
  4. Me parece fantastico si uno tiene la capacidad de sentir eso que describes ( Muchos no son capaces, creeme). Desde las cartas de amor que lei una vez de ti hasta esto, veo un desarrollo de una riqueza exquisita en tus relatos, que invita a leerlo todo hasta el final sin la necesidad de hacer una pausa......Creo que debes ser asi, pues eso que describes hay que sentirlo para ser capaz de relatarlo...saludos desde berlin

    ResponderEliminar
  5. Ah Luisito, a esto se le llamarían imágenes bien escritas, sobre todo porque le devolviste el protagonismo a esos grandes olvidados, aquellos de Luz Caraballo, "uno, dos, tres,cuatro... ocho nueve, diez, los deditos de las manos, los deditos de los pies".

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Ufff...sin comentarios...exquisitamenete bien escrito a la excepcion de la utilma frase..me hubiese gustado mas que se quedara en algo banal..exquisito pero banal..ya que conozco la historia y el resultado..por cierto se parace a algo (de una inmensa frustacion) que escribi alguna vez.
    ________________________________________

    ResponderEliminar
  7. Excelente Luisito!!!
    Tú tan sublime y divino... haces que tus letras se trasladen a mi espejo... Cada quien ve el reflejo que desea... Continúa escribiendo!!

    ResponderEliminar
  8. Que excelente Luis, es atrevido y delicado a la vez, extraordinariamente descriptivo. Me encanta! Un beso
    Marisol

    ResponderEliminar
  9. ...Don juan decía que el primer enemigo es el miedo...
    Querido, que hermosamente valiente esta danza de piel, penetrante, amante, amable, onírica.

    ...tu corazón libre danza las palabras que tañen las cuerdas de mi arpa...

    te quiero . . . siempre

    ResponderEliminar
  10. Muy apasionado y reflexivo, pero me encantaría ver a esa otra parte, a ese otro personaje, cobrar vida. Hasta ahora bien podría ser un cadáver o una muñeca... perfecta, silenciosa, reactiva ... como alguien que te gusta más "cuando calla, porque está como ausente".
    un abrazo.x

    ResponderEliminar